En el museo chino de Urunqui, en la región de Xinjiang, el profesor estadounidense Victor Mair, profesor de chino en la Universidad de Pensilvania, descubrió en 1987 un grupo de tres momias que habían sido datadas entre el 2.500 y el 300 a.C con un aspecto poco corriente. El cabello rubio o pelirrojo, la nariz alargada y los ojos hundidos no son los rasgos de la raza china, sino de pueblos de origen europeo o caucásico desconocidos en aquellas latitudes. El profesor comprobó que los cuerpos llegaban al centenar y no habían sufrido un proceso de momificación en especial, sino que su conservación se debía a la sequedad del terreno donde habían sido depositados los cadáveres. ¿Pertenecen
a los yuezhi o loswusum mencionados en algunos documentos chinos referidos a los bárbaros que ocupaban la frontera occidental del país y fue el motivo de la construcción de la Gran Muralla?, descubrimientos de este tipo hacen reconsiderar algunas teorías ya clásicas en donde se daba a entender que la cultura china estaba basada en un sustrato original sin ninguna influencia exterior. Para su redescubridor Victor Mair, estas momias serían una prueba más a favor de las hipotéticas relaciones comerciales y culturales que pudieron tener los chinos en el alba de la civilización. Teorías que ahora se deberán demostrar y que abren una puerta desconocida a la ya de por sí misteriosa China.
muy buena la informacion
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