miércoles, 19 de noviembre de 2014

Pitágoras.




El primer hombre en desdeñar el título de sabio para abrazar el de amante de la sabiduría; filósofo, es el protagonista de hoy en el antro. Mientras que Aristóteles y Sócrates fueron únicos, la secta filosófica que fundó Pitágoras dio lugar a centenares de filósofos de las más variopintas tendencias a lo largo de los siglos. Sin embargo, de sus escritos sólo se conserva una breve y ácida carta dirigida a su condiscípulo Anaxímenes y sobre su biografía se acumulan informes y noticias que a veces son fabulosas y otras veces dudosas por contradictorias. Se afirmaba en su época que había sido visto en dos sitios distintos a la vez o que un río lo saludaba cuando lo cruzaba. Otros afirman que había permanecido 207 años en el Hades antes de regresar a este mundo; de eso doy yo buena cuenta ya que ahora mismo lo tengo al lado. Otra anécdota suya nos relata que vio a unos pescadores izando una red repleta de pescados y que, antes de que la sacaran predijo el número exacto de peces que contenía, acertando de pleno.



Aunque nació en Samos, se trasladó después a Crotona; en La Magna Grecia, donde fundó su escuela.


Pero lo más misterioso de su figura es que formulaba ideas completamente nuevas para su tiempo, sin más explicación, como si le hubieran llovido del cielo. Fue el primero en formular que la tierra era redonda y que existían unas antípodas en el otro hemisferio. También afirmó que el lucero del alba (Fósforo) era el mismo que el del ocaso (Héspero), lo que es realmente cierto ya que ambos son el planeta Venus; algo que nunca explicó fue como llegó a saberlo. Sus conocimientos se extendían a todas las ciencias, a la religión, la medicina (precursor del vegetarianismo), la moral y a lo que todavía no se había inventado: la metafísica. Revolucionó conceptos sagrados al afirmar que las almas de los difuntos no permanecían en la región de la muerte; el Hades, sino que volvían a renacer en otros cuerpos diferentes. Significaba proponer la reencarnación o trasmigración de las almas, un concepto totalmente ajeno al pensamiento griego y propia de las religiones orientales y que nadie sabe aún hoy en día de dónde lo tomó.






A todo esto debemos añadir otras pequeñas vanalidades, como ser considerado el creador de las ciencias matemáticas y del teorema geométrico esencial que asociamos a su nombre. Sus reflexiones acerca de la música en relación con la geometría y el tamaño de las cuerdas de los instrumentos musicales. Propuso también que todo lo que existe puede definirse por medio de números, un concepto que comprendemos perfectamente hoy en día cuando encendemos el ordenador; ya que  el mundo virtual es todo cifras, pero él fue más lejos, afirmó  también que lo es el mundo real.







Según parece, murió víctima de sus propias convicciones. Siendo ya anciano, impidió el acceso a sus reuniones a un tipo poderoso que quería convertirse en discípulo suyo y éste por despecho quemó la casa donde se había reunido con sus discípulos. Pitágoras escapó con vida, pero al huir se metió en un campo de habas y por no pisarlas prefirió la muerte a manos de sus perseguidores; algo extraño, ya que era un alimento que detestaba a pesar de ser vegetariano, por lo que se ha especulado mucho sobre los motivos de este echo:

*Que padecía la enfermedad conocida como favismo, muy común en la época.

*Por los gases apestosos que se producen tras su ingesta.

*Para los griegos, los campos de habas ofrecían refugio a las almas que buscaban escaparse del infierno.

De todas estas hipótesis, personalmente me quedo con la primera y descarto totalmente la tercera. Para alguien que no cree en el infierno, me parece que tampoco creyera en absurdas supersticiones, aunque cada cual puede optar por la que desee. Ahora circula por aquí como biothatanoi, pero claro, a estos seres hay que darle su dosis de hemoglobina para que recuerden la memoria y tiene que beberla en abundancia. ¿Algún lector o lectora se ofrece voluntario?, aún hay muchas cuestiones sobre su vida terrenal que están sin resolver y tengo mucha curiosidad por conocerlas. Vamos, anímense.





Los pitagóricos.

La secta pitagórica significó una verdadera revolución para el mundo de la filosofía. Los seguidores del maestro tenían que demostrar su deseo de conocimientos y su sinceridad durante cinco años, bajo la condición de acusmáticos; los que escuchan sin ver. Todo esto sin ser recibidos por el maestro pero eran iniciados en sus enseñanzas, tras lo cual se convertían en matemáticos; los que comprenden. Entre ellos reinaba un orden perfecto y se cultivaba a fondo la amistad. Pitágoras afirmaba que un amigo era como otro yo y que las cosas entre colegas eran comunes. Así que quién entraba en el grupo ponía a disposición de los demás todo lo que poseía. Sus doctrinas de base eran secretas y como tal permanecieron durante mucho tiempo. Cuando se filtraron algunos de sus libros sagrados se consideró aquello como una verdadera catástrofe. El culpable, Filolao fue expulsado de la comunidad y sus compañeros cavaron una tumba y lo enterraron en efigie. Algo parecido hizo la Inquisición siglos después, cuando se les escapaba un hereje era común quemarlo en efigie, ver para creer.












































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