
Los inmortales del shide no siempre son mujeres y a veces hay excepciones; suelen ayudar en un hecho de armas. Esto sucede en "La destrucción del hostal de Da Derga", donde los nueve gaiteros del Shide Brega acompañan a Conaire:
"Luchar con ellos es luchar con una sombra. Matan, y no se les puede matar".
LA MÚSICA DEL SHIDE
El folclore celta estan llenos de relatos de hadas que se llevan a un músico para oírle tocar; a mi me secuestraron pero me soltaron rápido, soy muy mal músico, una lástima. El arpista Uaitne tuvo que escapar de los fomorios utilizando los tres acordes del shide; el acorde del gemido, que hizo lamentarse a los presentes; el de la alegría, que los hizo felices y el del sueño, que los hizo dormir.
A Oengus Og lo visitó una aisling (mujer de los sueños), cuyas visitas lo dejaban descorazonado. Enfermó y no era capaz de comer del amor que le había dejado aquella bella fémina del shide. Ella volvió tocando un timpam (una especie de salterio) y lo durmió con su música. Cuando nuestro protagonista la encuentra vuelan sobre el Bruig convertidos en dos pájaros blancos que cantan tal melodía que todos los que la oyen quedan dormidos durante tres días y tres noches. Ese don lo tienen también las aves de Rhiannon, que llevan al oyente a la dimensión del Otro Mundo. Cantan después de la decapitación de Bran el Bendito. También se los encuentra Tadg en el" Echtra Thaidg mhéic Chéin", aves con el don de curar y que describe así: " Había pájaros blancos con las cabezas rojas y los picos dorados. Cantaban con dulce armonía mientras comían las bayas, y su música era melodiosa y magnífica. Llevaban el sueño a los enfermos y a los que estaban malheridos". Esa fue la misma melodía que escuchó Artús en Avalon, cuando llegó al Otro Mundo indudablemente.
Para los antiguos celtas la música representaba el lenguaje verdadero en el que no se pueden tolerar las falsedades. Por eso en los vestigios celtas cristianizados encontramos la continuidad del canto de los pájaros en el paraíso: " Trescientos sesenta y cinco pájaros, brillantes como la nieve, de alas doradas, cantan muchas canciones desde las ramas del árbol del paraíso; cantan juntos en su propia lengua, pero los oídos de los hombres no la entienden".
Bueno, espero que les halla gustado. Tengo que dejarlos ya, me estan tocando en el picaporte de la puerta del antro nueve bellas damas rodeadas de lindos pájaros. Les haré entrar, me encanta tener hermosas invitadas.
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