sábado, 20 de septiembre de 2014

La Alquimia China.

Acuarela que muestra a Ge Hong destilando el liandan.

Tradicionalmente se ha considerado la alquimia como un producto de la cultura europea heredado de la tradición griega, árabe y hebrea. Sin embargo, existe otra rama del conocimiento hermético en la milenaria China sin que haya podido establecerse con precisión la conexión entre ambas. Influenciada por el taoísmo, la alquimia china perseguía conseguir un elixir que concediese al hombre la ansiada inmortalidad. Mediante el consumo de una droga obtenida de la transmutación, se buscaba poner en contacto la naturaleza del cuerpo humano con la del Tao; término que puede traducirse por "el camino", que conduce a la unión del hombre con el universo y, por esta vía, con la vida eterna. El Tao está formado por dos principios, el yang, identificado con lo masculino, y el yin, con lo femenino. El liandam, la droga de la transmutación o elixir de la eterna juventud, debía contener en armonía ambos principios. Por otra parte, los metales se clasificaban teniendo en cuenta el supuesto predominio del yin o
del yang en su composición. Igual que sus colegas europeos, los alquimistas chinos también buscaban la piedra filosofal, entendida como una sustancia capaz de transformar un metal innoble en oro o plata. Los representantes más destacados de esta corriente de pensamiento que aunaba conocimientos científicos y misticismo fueron Liu Xiang; que en el siglo I estuvo al servicio exclusivo del emperador, Wei Boyang en el siglo II y Ge Hong, alquimista que vivió entre el siglo III y IV de nuestra era y autor del "Boopuzi", un tratado que está considerado como la obra cumbre de la alqumia china. Este último estará unos días de visita por el antro; parece ser que al final lo consiguió, y prometo dedicarle un futuro artículo. Y sin más preámbulos me despido ya que tengo que preparar el alojamiento para tan ilustre visitante.
















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