jueves, 1 de agosto de 2013

El Cine y los Vampiros. Los inicios.

 El los albores del cine, el miedo de los inexpertos espectadores podía ser facilmente provocado por la simple llegada de un tren, filmada por los hermanos Lumiére con tal realismo que parecía salirse de la pantalla y arrollar al temeroso público del patio de butacas, que dicho sea de paso, aún no recibía tal nombre.
Sobre los vampiros se han rodado más películas que sobre cualquier otro tema en la historia de la cinematografía. El primer filme de vampiros, de sólo dos minutos de duración, hoy perdido, fue realizado en fecha tan temprana como 1896 por George Mélies y su título fue La mansión del Diablo.
Max Schreck
 Le seguiría A fool there was (1915)La historia de esta película, dirigida por Frank Powell, merece contarse. En realidad, no relata un argumento estrictamente vampírico, sino que el guión se basa en un poema de Rudyard Kipling, The Vampire (1897), acerca de un hombre que ve su voluntad sometida a la de una peligrosa mujer que acaba por utilizarlo para fines inconfesables (recuerda que uno de los atributos que se la adjudican al vampiro es el de cooptar la voluntad de sus víctimas). La actriz que protagoniza el film, la legendaria Theda Bara, es presentada en los títulos como la vampiro, pero psíquico; una devoradora de hombres.
El miedo pasó después a tener un apellido ilustre "expresionismo" que eclosionó en Alemania con títulos como"El gabinete del Doctor Galigari" o "Nosferatu", filmada en 1922 por Murnau. Esta última filmación fue demandada por la viuda de Stoker y sus copias fueron mandadas a incinerar, afortunadamente los tribunales tuvieron el buen criterio de permitir la supervivencia de algunas de ellas que fueron exhibidas posteriormente como auténticos tesoros. La mayor virtud del Nosferatu de Mornau reside en que ha resistido el paso del tiempo; a pesar de estar rodada con la técnica arcaica de las transparencias, sumerge al espectador en un mundo de sombras y oscuridad, donde el miedo se convierte en una poesía visual con un Max Shreck que bebe de sus mudos versos con afilados incisivos.                                                                                            

Carlos Villarías
Bela Lugosi
La Universal retomó el tema en 1931, con el "Dracula" de Tod Browling que interpretaba  Bela Lugosi. Desgraciadamente ,el hechizo terrorífico que invadió al público de su época se pierde hoy definitivamente, algo que no ocurre con su predecesora. El primer Dracula del cine sonoro generó un ingreso importante en las arcas de la Universal y contribuyó a la producción de otras películas incluidas dentro del género terrorífico fantástico que en conjunto forman lo que se conoce la "época dorada del miedo" en el séptimo arte.
La popularidad del conde vampírico motivó el rodaje paralelo de una versión para habla hispana; en aquella época aún no se estilaba el rodaje. Metraje que se rodó durante la noche, ya que el Drácula  americano se rodaba de día y se reutilizaban los mismos escenarios. La versión hispana fue dirigida por el mítico George Melford, autor de 130 films. Al colmilludo noble lo representó el cordobés Carlos Villarías y para algunos entendidos su interpretación supera a la de Lugosi, al que se le critico en un principio por ser un actor muy teatral. La cinta estuvo perdida mucho tiempo y fue rescatada en los años 80 para sorpresa de los cinéfilos. Entre los vampiros más famosos de esta primera época encontramos al Conde Mora, representado por Lugosi en la película La Marca del Vampiro (1935) que la Metro Goldwyn Mayer produjo para hacerle la competencia a la Universal en el campo del terror. El desenlace, desgraciadamente fue impuesto por la productora y obligó a los guionistas a presentar al vampírico noble como un fraude cuyo principal objetivo era hacer del vampirismo una farsa para engañar a incautos.







                                                        Nosferatu.




                                                           Drácula.



                                       

                                                       El conde Mora.







                                                                                                                                                                           


No hay comentarios:

Publicar un comentario