jueves, 31 de julio de 2014

La Dafnomancia.



Hoy traigo por el antro una de las diversas formas de magia adivinatoria más usada en la antiguedad. El material empleado era el laurel común (Lauris nobilis) y no el laurel cerezo  (Prunus laurus cerasus); asociado a la hechicería. Era el árbol consagrado a Apolo debido a que su amor imposible Dafne; hija del dios de los ríos Peneo y la ninfa Creúsa, pidiera a su padre que la convirtiera en laurel para librarse del acoso del dios,  deséo que él le concedió. Se practicaba de dos maneras una consistía en echar al fuego una rama seca y por el chisporreo, el centelleo y por el humo producido durante la quema, se sacaban los presagios. Estos eran inciertos cuando la rama se consumía sin hacer ruido alguno y se vaticinaba con toda certidumbre cuando chisporroteaba ruidosamente, las chispas eran abundantes y se obtenía una finísima humareda siendo todo esto un buen augurio. La otra manera, consistía en mascar unas hojas de laurel; el augur cerraba los ojos y empezaba el trabajo de concentración mental y al cabo de un tiempo, más o menos largos, daba la respuesta a la consulta que se le había hecho. Esta última forma de adivinación es la que practicaban las Pitonisas, las Sibilas y los sacerdotes de Apolo, que eran llamados dafnéfagos, es decir, comedores de laurel. 



1 comentario:

  1. uhhh, cuantos asados hemos hecho con ramas de laurel ... y nunca se nos ocurrio jjjjjajajaja

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