viernes, 13 de junio de 2014

El Mausoleo de Halicarnaso.


Busto de Mausolo.
La sexta Maravilla del Mundo era la tumba del rey cario Mausolo (?-353 a.C) en Halicarnaso, situada al sur de Efeso, en el extremo sudoccidental de Asia Menor. Mausolo fue un hombre extraordinario, de gran talento y grandiosos sueños, dotado de una exuberante fantasía, aunque con un sentido realista de las circunstancias; Caria era un pequeño estado, una satrapía persa y por lo tanto  su estatus era el de virrey del gran rey de Persia. Tenía consciencia de lo limitado de sus posibilidades a pesar de su talento y sus riquezas. Sabía de su modesto papel en el campo de la política y  que tampoco iba a encontrar la gloria en el campo de batalla. Tenía una gran admiración por la cultura griega y de sus filósofos y veía como su breve vida se perdía en el rápido curso del tiempo. Se resistía a este fatal destino y soñaba con  dejar algo que fuera perdurable y que pudiera inmortalizar su nombre. La gloria póstuma significaba mucho para los griegos, ya que para los seguidores de la filosofía griega la muerte era el fin de todo y él renunciaba a hundirse en el reino de las sombras de Hades. La gloria póstuma suponía la conquista de un poco de inmortalidad y querer alcanzarla no significaba inmodestia ante los ojos de los dioses sino que se consideraba un noble afán, propio de los seres conscientes de lo fugaz de las cosas humanas.
Mausolo y  Artemisa. Atribuido a Scopas.
Concibió un gran proyecto, un panteón que perpetuara su nombre através de los siglos y que lo ensalzara como rey constructor. Era lo bastante orgulloso y sensato como para no copiar y tenía que ser un templo funerario griego que superara a todos los de su tiempo por la armonía de sus medidas y por su situación geográfica. Empezó su proyecto a la muerte de su padre al que se le hicieron honras fúnebres propias de un dios, pues los reyes de Caria descendían de Helios, el dios Sol. Se casó con su hermana mayor Artemisa; lo que significaba una ventaja desde el punto de vista patrimonial y divino, un matrimonio entre descendientes de dioses; aunque cuentan las leyendas que ambos estaban unidos por un amor apasionado. Trasladó la corte de Mylase a Halicarnaso, que estaba junto al mar y por las posibilidades que ofrecía para la construcción de una nueva ciudad. La nueva Halicarnaso rodearía la doble bahía como las gradas de un teatro y sus habitantes contemplarían a sus pies la entrada y salida de los barcos, que admirarían la riqueza de su soberano y la suya propia. Cualquiera que llegara desde el mar quedaría impresionado ante las nuevas edificaciones escalonadas en gradas y ante los soberbios templos y palacios. Como centro y elevado sobre una plataforma se levantaría el panteón del rey; un grandioso templo de estilo griego. Convocó un concurso en el que invitaba a todos los artistas del ámbito cultural griego, siendo los escultores y arquitectos Satiros y Piteos los ganadores. Los dos escribieron un tratado sobre la obra que lamentablemente desapareció, sin embargo, numerosos detalles de este escrito fueron recogidos en la literatura clásica y son numerosas las descripciones del panteón que han llegado hasta nosotros: Plinio, Cicerón, Luciano, Diógenes Laercio, Pausanias....
Caballo de la cuádriga.
El arqueólogo alemán Fritz Krischen en los años veinte del siglo pasado intentó reconstruirlo tal como debió ser en su día. Del gran foso excavado en la roca de 40 por 33 metros surgía en primer lugar una plataforma escalonada, que servía de base y sobre la que se erguía un enorme macizo prismático. El panteón coronaba todo lo anterior a 22 metros de altura por encima de la base rocosa. El centro del templo, la cella estaba rodeado por cuarenta bellas columnas. El tejado, a 13 metros por encima del armazón de piedra, estaba formado por una achatada pirámide escalonada de 24 peldaños que no terminaba en punta, sino que, 9 metros más arriba, acababa en una plataforma sobre la que aparecía una cuádriga de mármol de 5 metros de altura. El rey empuñaba las riendas del cuádruple tiro del carro de guerra, dotado de un solo eje; como hijo de Helios, se dirigía al cielo en un carro del Sol. El monumento tenía una altura según Plinio de unos 140 pies jónicos, unos 49 metros. En los relieves de mármol que rodeaban el zócalo y la base del tejado estaban representadas; como puede verse en los fragmentos que se conservan, animadas escenas: luchas con amazonas y centauros, competiciones y carreras de carros. El gran Praxíteles debió haber colaborado aquí también, como ya lo había hecho en Efeso, atribuyéndosele la parte sur y Piteos es citado como el autor de la cuádriga. De la distribución del interior del templo no se tiene noticia fideligna, pero probablemente el fastuoso sarcófago, rodeado de magníficas esculturas, estaría situado en el centro de la cella.

Sarcófago de Mausolo.
El monarca no vio la terminación de su obra. Su reinado duró sólo 24 años y no dejó descendencia. Pero la fiel Artemisa hizo continuar la obra durante los dos años que vivió más que su hermano. El trabajo se hubiera suspendido, pero los artistas implicados hicieron cuestión de honor el llevar a término la misión que se les había encomendado terminándose al fin  a instancias de Alejandro Magno. La destrucción de tan bello edificio se debió a los numerosos terremotos que asolaron Halicarnaso desde el s. XIII, dos siglos más tarde los caballeros de San Juan utilizaron para la defensa del lugar utilizaron las piedras caídas para fortalecer sus defensa y las columnas como balas de piedra destinadas a las catapultas. Pero aunque la Sexta Maravilla del Mundo haya desaparecido hace largo tiempo, aún existe como nombre y como concepto. Es Pausanias el que nos explica la admiración que despertó entre los romanos, que a partir de entonces llamaron mausoleos a todos los grandes panteones y así hasta nuestros días.

























2 comentarios:

  1. Hola! De donde has sacado las fotos del sarcófago de mausolo? Gracias y un saludo!

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  2. De internet, después de mucho buscar. Gracias a tí por leerme.

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